La nueva normativa que cede las competencias del Consell a los ayuntamientos puede ser la puntilla que acabe con las pruebas de montaña. Hasta ahora había unas condiciones que una vez cumplidas (seguros, plan de seguridad, certificado de ambulancias, etc…) no había inconveniente para que el Departamento de Actividades Clasificadas del Consell diera el correspondiente permiso a una prueba deportiva. Sin embargo al pasar esta competencia a los ayuntamientos hemos pasado a depender del politico de turno que otorga el permiso dependiendo del humor con que se haya levantado pensando que la carretera es suya. Las pruebas de ello son evidentes, primero ocurrió con Valldemossa y su alcalde sr. Jaume Vila, y luego con Bunyola y el sr. Jaume Isern.
Este último caso es sangrante y tiene en su primer edil, Jaume Isern, a su máximo responsable. En un principio, el consistorio dio el visto bueno con autorización de palabra a un miembro del comité organizador (Tomeu Cabot) y al presidente de la FAIB (Rafel Abraham). Pero es que además de la Pujada Serra de Alfabia también propuso volver a organizar para la próxima temporada la mítica Pujada Bunyola-Orient!!!! cualquiera se fía ahora…
La FAIB ha hecho un desembolso económico, que supera los 10.000 euros, con la compra de trofeos, pago del correspondiente seguro, reserva de ambulancias, dorsales, etc…. además de los pilotos con la pérdida de tiempo y gasolina para hacer los reconocimientos. Quien se hace cargo ahora de esto? Quien es el responsable de estas pérdidas? esta claro…
Mención especial también para los vecinos a los que conviene recordar que la carretera es pública y por tanto de todos y pagadas con nuestros impuestos. Por lo tanto no es de recibo que unos vecinos se opongan a la organización de un evento deportivo que pasa por delante de sus casas o propiedades o que exijan cosas tan absurdas como talones conformados o que se haga la carrera sin aficionados. Para los posibles daños causados existe el seguro que pagan los pilotos con sus inscripciones y que cubre cualquier daño protegiendo las propiedades de terceros. En cambio qué seguro protege a nuestro deporte de las decisiones parciales, caprichos personales y falta de voluntad política?