Llevamos años hablando de la crisis económica que ha golpeado a todos los sectores y nuestro deporte no es una excepción. Los organizadores se las ven y las desean para sacar adelante sus carreras y como la búsqueda de grandes patrocinadores suele ser infructuosa, deben sacar adelante sus carreras con pequeñas aportaciones de mucha gente: empresas, autónomos, particulares, etc. Entre este grupo de gente están los que forman la llamada caravana de seguridad con los coches cero, que realizando una aportación a la organización de la carrera pueden disfrutar del privilegio de formar parte de la misma sin ser competidores. Pero lo que parece que algunos no entienden, una minoría por cierto, es la función de dicha participación en la carrera supone.
La normativa vigente obliga a que el coche 0 sea un vehículo cuya misión es mostrar al público presente en los tramos, la velocidad y trazada que efectuaran los participantes en la prueba, es por ello que este coche está preparado para la competición, con todas las medidas de seguridad para estos vehículos, pero con la salvedad de que no compite en la prueba. El coche cero deberá salir antes del primer competidor una vez que el jefe de seguridad de la prueba haya verificado que el público se encuentra correctamente situado. En muchas pruebas se suelen añadir el doble y triple cero que se suman a la caravana de seguridad para ir avisando al público del inminente inicio de la carrera o incluso se intercalan varios coche cero entre las distintas modalidades como regularidad y competición. Los conductores de los vehículos doble y triple cero no están obligados al cumplimiento de la normativa aplicable al coche 0 y por tanto su misión no es otra que la de avisar al público.
Por ello la situación vivida esta mañana por la imprudente conducción de los ocupantes del vehículo doble cero se me antoja totalmente fuera de lugar y perjudicial para nuestro deporte. En la jornada de ayer ya mostraron sus dotes al volante poniendo en peligro a espectadores y por ende en una situación complicada a los organizadores que fueron advertidos por varias personas que el comportamiento de los ocupantes del vehículo doble cero podría tener consecuencias. Unas consecuencias que han llegado al chocar el mencionado vehículo contra los muretes de la carretera al trazar de forma totalmente temeraria y descontrolada una de las curvas, quedando el vehículo inutilizado y obstaculizando el normal desarrollo de la carrera al producirse un retraso en la salida y obligando a los pilotos a realizar una trazada diferente. El incidente se ha saldado sin heridos pero poco ha faltado para el coche cayese por el desnivel de casi tres metros o los espectadores, correctamente situados, o alguno de los fotógrafos saliese herido.
Mi actividad como fotógrafo me ha llevado a estar situado en la curva donde se ha producido el accidente. Un accidente que se hubiese podido evitar perfectamente si los ocupantes del vehículo hubiesen sido conscientes de su función y de las limitaciones de su vehículo en cuanto a medidas de seguridad. Un coche equipado simplemente con dos baquets, sin arco de seguridad ni extintores y dos personas con ropa de calle y un casco de moto no es lo más adecuado para circular de manera temeraria y descontrolada, por mucho que lleven una pegatina con un número y la carretera esté cortada.
Los organizadores de carreras, entre los cuales me incluyo, debemos empezar a velar un poco más por la caravana de seguridad ya que los recientes incidentes con miembros de clubes como el Saxperience o el que ha ocurrido esta mañana podrían llegar a tener consecuencias mucho más graves si no se cortan de raíz las actitudes temerarias de algunos de los conductores que forman lo que tendría que ser la caravana de seguridad.
Y como una imagen vale más que mil palabras aquí tenéis un fotomontaje de las dos trazadas: la del homenajeado Helmut Kalenborn y la de los ocupantes del coche 00. Opinad vosotros mismos.